Armando de la Garza
Bogotá, Colombia – La costa colombiana, con su vibrante combinación de Caribe y Pacífico, se consolida como uno de los destinos turísticos más prometedores a nivel global para 2025, según proyecciones de organismos internacionales. Sin embargo, este auge de visitantes y desarrollo no está exento de desafíos, pues la presión ambiental y la necesidad de gestión costera eficaz se convierten en la otra cara de la moneda.

El sector turístico colombiano apunta a romper récords, con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) proyectando un aporte de hasta $21.6 mil millones de dólares a la economía nacional durante 2025. Las playas son un eje fundamental de esta expansión.

La Costa Caribe lidera la atención. Ciudades como Santa Marta, que celebra su 500° aniversario, han sido destacadas en listas internacionales como la de Condé Nast Traveler por su patrimonio y maravillas naturales, incluyendo el icónico Parque Nacional Natural Tayrona con playas como Cabo San Juan y la certificación Bandera Azul para balnearios como Bello Horizonte y Playa Blanca.
Otros paraísos como el Archipiélago de San Andrés y Providencia (con Johnny Cay a la cabeza), las Islas del Rosario (Isla Palma, Islabela) y los destinos más apartados del Caribe continental como Capurganá y la alta Guajira (Cabo de la Vela y Punta Gallinas) siguen atrayendo la mirada de viajeros que buscan tanto el lujo tropical como la autenticidad cultural y la biodiversidad.
En la costa Pacífica, destinos de ecoturismo como Nuquí y Bahía Solano, en el Chocó, se resaltan por su naturaleza virgen, ideales para el avistamiento de ballenas y una experiencia más salvaje.

