Armando de la Garza
Desde la vibrante cultura de Salvador hasta las piscinas naturales de la Península de Maraú, el estado de Bahía se posiciona como el destino más diverso para la próxima temporada vacacional.
SALVADOR DE BAHÍA, BRASIL – Con más de 1,000 kilómetros de costa, el estado de Bahía no es solo el corazón cultural de Brasil, sino el hogar de algunas de las playas más espectaculares del continente. Mientras el turismo global busca destinos que combinen naturaleza virgen, infraestructura de calidad y riqueza histórica, Bahía emerge como la respuesta perfecta para viajeros de todos los perfiles.

Este año, la región ha reportado un incremento significativo en el interés de turistas latinoamericanos y europeos, atraídos por la promesa de un “verano eterno” y la diversidad de sus paisajes.
Salvador: Donde la historia toca el mar
La puerta de entrada es ineludiblemente Salvador de Bahía. A diferencia de otras ciudades costeras, aquí la playa convive con siglos de historia.

Bahía tiene una energía que no se explica, se siente. Empezar el día en el Faro de la Barra y terminarlo con una puesta de sol en el Solar do Unhão es una experiencia religiosa para quien nos visita”, comenta Ricardo Alves, guía turístico local con más de 15 años de experiencia.
La playa de Porto da Barra, elegida frecuentemente entre las mejores playas urbanas del mundo, ofrece aguas tranquilas y cristalinas en pleno centro de la ciudad, permitiendo al turista disfrutar de un baño de mar antes de recorrer las coloridas calles del Pelourinho.
Más allá de la capital: Un abanico de opciones
Sin embargo, el verdadero secreto de Bahía reside en aventurarse fuera de la metrópoli. La oferta se fragmenta en destinos con personalidades muy marcadas:
Morro de São Paulo: Ubicado en la isla de Tinharé, este destino libre de automóviles es accesible solo por catamarán o avioneta. Sus playas están numeradas (Primera, Segunda, Tercera y Cuarta), ofreciendo desde fiestas nocturnas hasta aislamiento total y piscinas naturales llenas de peces.
Trancoso: Antiguamente un pueblo de pescadores jesuita, hoy es el refugio del “lujo rústico”. Su famoso “Quadrado” (la plaza principal) está rodeado de casitas coloridas que hoy son tiendas de diseño y restaurantes de alta gastronomía. Es el lugar favorito de celebridades internacionales que buscan privacidad.
Itacaré: Para los amantes de la aventura, Itacaré ofrece la combinación perfecta de selva atlántica y mar. Es la meca del surf en la región, con playas como Jeribucaçu, donde el río se encuentra con el océano entre palmerales densos.
El fenómeno de las Piscinas Naturales
Uno de los mayores atractivos de la costa bahiana son sus arrecifes de coral. En la Península de Maraú, la playa de Taipu de Fora se transforma durante la marea baja.
[Imagen sugerida: Vista aérea de las piscinas naturales de Taipu de Fora con aguas turquesas y arrecifes de coral.
El retroceso del mar revela piscinas naturales de un azul turquesa intenso, permitiendo el snorkel de superficie en un acuario natural vivo, una actividad que se ha convertido en la favorita de las familias.
Preparativos para el viajero
Para aquellos planeando su visita, las autoridades de turismo recomiendan, Mejor época.
Aunque el clima es cálido todo el año, de septiembre a marzo se garantiza menos lluvia.
Conectividad: El Aeropuerto Internacional de Salvador (SSA) sirve como hub principal, con conexiones terrestres o marítimas a los demás destinos.
Gastronomía: No se puede abandonar el estado sin probar el acarajé y la moqueca, platos insignia de la herencia africana en la región.
Bahía confirma que Brasil es mucho más que Río de Janeiro, ofreciendo un litoral donde el ritmo del tambor y el sonido de las olas crean una melodía única en el mundo.

