FIPETUR/Armando de la Garza
Santo Domingo, República Dominicana.- La mamajuana, considerada la bebida más emblemática de la República Dominicana, es un ron especiado que va más allá de ser un simple destilado.
Con una historia que se entrelaza con las tradiciones taínas y africanas, este elixir es un símbolo de la cultura y la identidad del país caribeño.
La mamajuana es una bebida artesanal que se prepara macerando una mezcla de cortezas de árboles, hierbas, especias, hojas y raíces en una botella, a la que luego se le añade ron, vino tinto y miel. A lo largo de los años, su fama ha crecido no solo por su sabor dulce y especiado, sino también por las propiedades medicinales y afrodisíacas que se le atribuyen popularmente.

Un tesoro en cada botella
Cada botella de mamajuana es un tesoro único, pues la combinación de ingredientes puede variar. Entre los más comunes se encuentran el bejuco indio, el palo de Brasil, el anís, la canela y la guayacán. A medida que la mezcla envejece, los sabores se intensifican, creando una bebida compleja y con un carácter único que invita a disfrutarla a sorbos.
La mamajuana, que inicialmente era consumida por los indígenas y, más tarde, por los dominicanos como un remedio casero, se ha transformado en un ícono de la hospitalidad y la cultura. Hoy en día, se puede encontrar en bares, restaurantes y hogares por todo el país, y es una experiencia obligada para quienes visitan la isla.
Es un trago que no solo refresca, sino que cuenta una historia de tradición y sabor, un verdadero reflejo del espíritu de la República Dominicana.