FIPETUR/Armando de la Garza
Lima, Perú.- El pisco peruano, considerado la bebida nacional de Perú, es más que un simple destilado; es una denominación de origen que protege un aguardiente de uva con siglos de historia y tradición. Elaborado a partir de la fermentación del mosto de ocho tipos de uvas pisqueras, su producción está estrictamente limitada a las zonas costeras de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, regiones que ofrecen las condiciones climáticas y de suelo ideales para el cultivo de la vid.

El proceso de elaboración del pisco se remonta al siglo XVI y se distingue por su pureza y la exclusividad de las uvas utilizadas. A diferencia de otros aguardientes, el pisco peruano no lleva ningún tipo de aditivo, lo que permite que el sabor y el aroma de la uva se manifiesten plenamente en el producto final.

Variedades y proceso de producción
El pisco se clasifica en diferentes tipos, cada uno con características únicas:
- Pisco Puro: Producido con una sola variedad de uva, como la Quebranta, la Italia, la Albilla o la Moscatel.
- Pisco Acholado: Una mezcla de mostos o de piscos de distintas uvas, lo que resulta en un perfil de sabor complejo.
- Pisco Mosto Verde: Obtenido de la destilación de mostos que no han terminado su fermentación.
El cuidado en cada etapa, desde la selección de la uva hasta la destilación, asegura que el pisco peruano sea un reflejo de su origen y de la rica tradición vitivinícola del país, consolidándolo como una joya cultural y gastronómica de Perú.